Afinia, filial del Grupo EPM, hace un llamado a los actores de la cadena energética a trabajar de manera articulada para superar la coyuntura actual
Afinia, filial del Grupo EPM, hace un llamado a los actores de la cadena energética a trabajar de manera articulada para superar la coyuntura actual de crecimiento de demanda energía y ola de calor, que pone en riesgo a la región Caribe de un racionamiento.
Ante la advertencia de XM, administrador del mercado eléctrico nacional, sobre el riesgo de un posible apagón en el país, Javier Lastra, gerente general de Afinia, sostuvo que la compañía está abierta a prestar toda su contribución para adelantar los proyectos que se requieran, entre tanto, hace todas las maniobras eléctricas necesarias para minimizar y controlar los eventuales apagones que se puedan presentar en este semestre.
XM explicó que se ha presentado un incremento en la demanda de energía de más del 5% que podría mantenerse hasta finales del verano en marzo de 2024, debido al fenómeno de El Niño y las altas temperaturas que se están experimentando. Situación que ha superado los pronósticos realizados por la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) en octubre de 2022.
Al respecto, el directivo afirmó que los efectos en una posible desatención de demanda en la región no representarán incrementos súbitos en el costo de la tarifa para los usuarios; Afinia mantiene una contratación equivalente al 82% de la demanda reduciendo los efectos por las variaciones del precio de la energía comprada en bolsa.
“Hemos desplegado todas las actividades para el trabajo conjunto con los actores de la cadena. Afinia es una empresa de distribución y comercializador de energía que depende de varios proyectos de los sistemas de transmisión nacional y regional, avances con los que vamos al compás. En ese sentido, nosotros disponemos de nuestra capacidad tanto en recurso humano como económica para ir avanzando de manera armónica con estos proyectos que define la UPME, destacó el Gerente.
Afinia ha invertido $1.195 mil millones para superar un fuerte rezago que arrojó como consecuencia el deterioro de la infraestructura eléctrica, por lo que adelanta esfuerzos para mejorar el servicio con obras que reflejan resultados tangibles como la reducción de 48 horas en interrupciones promedio anuales por cliente, superando la meta regulatoria del Gobierno fijada en 103 horas.
