Un hombre que estaba en el carro con los sacerdores Rafael Reátiga Rojas y Richard Piffano Laguado fue la persona, que según testigos, asesinó a los padres
Un hombre que estaba en el carro con los sacerdores Rafael Reátiga Rojas y Richard Piffano Laguado fue la persona, que según testigos, asesinó a los padres.
“En un sector de Kennedy, en el barrio El Triunfo, el señor que va con ellos en el carro le dispara primero a uno y luego al otro sacerdote y sale corriendo, se sube a una motocicleta. No les roba nada”, relató el secretario de la Conferencia Episcopal, monseñor Juan Vicente Córdoba.
Monseñor Córdoba lamentó y rechazó el asesinato de los dos sacerdotes, a quienes describió como dos personas entregadas a la comunidad con vocación pastoral y de servicio, a los cuales no se les conocían enemigos.
Según monseñor Córdoba, en 27 años han sido asesinados 74 sacerdotes en distintos hechos violentos. Una cifra que para la comunidad católica no tiene justificación, por el papel que desempeñan los sacerdotes en la sociedad.
“Es necesario que las autoridades esclarezcan que hay detrás de esto y que se castigue a los culpables y que se sepa la verdad y que se haga justicia”, agregó Córdoba, al tiempo que explicó que ninguno de los sacerdotes había recibido amenazas.
El padre Rafael Reátiga Rojas, de 35 años, era párroco de la iglesia Jesucristo Nuestra Paz, ubicada en la localidad de Bosa, mientras que el padre Richard Piffano Laguado, de 36 años, era párroco de San Juan de la Cruz, ubicada en la localidad de Kennedy.
Reátiga estaba asignado a esa parroquia desde el 18 de junio del 2006. También se desempeñaba como ecónomo general de la diócesis de Soacha.
Por su parte, los obispos de las diócesis de Soacha; monseñor Daniel Caro, y de Fontibón, monseñor Enrique Sarmiento, lamentaron los hechos.
Manifestaron “la expresión de dolor de las diócesis, obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosos y laicos por el crimen a manos de la delincuencia común, de estos sacerdotes que prestaron valiosos servicios a las diócesis”.
Las investigaciones
Los dos sacerdotes, se dice salieron el pasado miércoles a las 10:00 a.m. de la iglesia San Juan de la Cruz de Kennedy con rumbo desconocido. Una de las últimas personas que habló con los ellos aseguró que salieron a comprar un carro.
Diez horas después, hallaron los cuerpos de los padres en un carro, Aveo negro modelo 2008, de placa CDX 505 abandonado en la Carrera 94A con Calle 43 Sur, en el barrio Dindalito de la misma localidad.
Uno de los cuerpos estaba en la silla del copiloto y el otro en la parte de atrás del vehículo. Según el relato que entregó uno de los testigos del crimen a las autoridades, el homicida se bajó del automóvil Aveo y abordó un vehículo (algunos aseguran que una moto y otros dice que un carro) que lo esperaba a dos cuadras del lugar del crimen.
El coronel José Baquero, responsable de la Policía Metropolitana en la zona, indicó que los vecinos del lugar habían alertado por disparos en los alrededores.
Baquero indicó que los testimonios de vecinos indican que, tras los disparos, un hombre se apeó del auto y fue recogido por una motocicleta.
Los cuerpos de los sacerdotes fueron traslados a la sede de Medicina Legal, donde sus familiares realizaban los trámites para reclamarlos.
Humberto Reátiga, hermano del Padre Rafael, señaló a Caracol Radio que ha sido un golpe muy duro para la familia. “Él era un hombre muy sencillo, noble y trabajador, y que no tenía problemas con nadie”,expresó.
El sacerdote Reátiga era el menor de una familia conformada por ocho hermanos, entre los que hay siete hombres y una mujer. La familia trasladará el cuerpo del sacerdote a Bucaramanga, donde serán sus exequias.
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