Con el objetivo de garantizar un buen entorno en pro de la salud de la ciudadanía, la Administración del alcalde Augusto Ramírez
Con el objetivo de garantizar un buen entorno en pro de la salud de la ciudadanía, la Administración del alcalde Augusto Ramírez Uhía, con la Secretaría Local de Salud y su dimensión Salud Ambiental, desarrolló una actividad para diagnosticar y concientizar a la comunidad sobre los niveles de contaminación auditiva que se genera en la capital del Cesar.
Para este trabajo, se coordinó con el Hospital Eduardo Arredondo Daza, por medio del Plan de Intervenciones Colectivas, PIC, y se convocó a las secretarías de Salud y Tránsito, y Policía Nacional por medio de sus especialidades Ambiental y Tránsito, cuyo personal desarrolló la jornada dirigida a conductores con el fin de sensibilizarlos y de esta forma disminuir el uso del pito.
La secretaria Local de Salud, Elba Yolanda Ustariz Martínez, explicó que se escogieron seis puntos para hacer la actividad, considerados críticos en cuanto a contaminación auditiva vehicular se refiere. Dichos puntos fueron; los semáforos de la calle 16 entre la carrera 9, de carrera 12, carrera 14 y el Hospital Rosario Pumarejo de López; y los semáforos de la calle 14 con Avenida Simón Bolívar y carrera 15.
En esos puntos, además de la medición auditiva, se desarrolló una jornada lúdica, a cargo de unos artistas escénicos, quienes, por medio de una obra de teatro, hacían ver las molestias que causa el uso excesivo del pito.
De igual forma, la jefe de Salud Pública de la Secretaría Local de Salud, Nancy Tamayo Morón, manifestó que, los mimos que emulaban una situación molesta e innecesaria causada por el ruido del pito, se ubicaron sobre la cebra de los semáforos, mientras se iba repartiendo el material didáctico conformado por pasacalle, volantes y adhesivos alusivos al no uso de este elemento ruidoso que conforma el más del 75% de la contaminación auditiva total del tráfico.
Durante la actividad se realizaron mediciones acústicas para determinar si existía o no reducción de esta bocina.
Lamentablemente, los resultados no fueron los mejores. El límite prestablecido para las zonas hospitalarias según la norma 0618 de 2006 es de 55 decibeles, durante las horas del día, sin embargo, los resultados obtenidos superan los 75 decibeles, lo cual es bastante preocupante sobre todo en este tipo de zonas en donde se encuentran personas en delicado estado de salud, quienes necesitan de un ambiente saludable para su recuperación.
Hay que resaltar la falta de cultura, debido a que muchos conductores hacían caso omiso a la actividad, inclusive una gran cantidad no respetaba la cebra, lo que puso en peligro a los actores y colaboradores que entregaban el material didáctico.
“El ruido genera problemas a la salud mental y fisiológica, aumenta el estrés, afecta las hormonas que inducen al sueño y suben el nivel de la presión sanguínea. No sobra decir que el deterioro de la audición en la ciudadanía es mucho más intenso, debido a que en estos ambientes ruidosos constantes y repetitivos que hoy día vemos como comunes y queremos aceptarla como costumbre cultural, son la condición más peligrosa para nuestra salud mental y auditiva que vivimos desde pequeños”, acotó la Secretaria de Salud.
El ruido se ha convertido en un problema sanitario que afecta a la población, y lo preocupante es que los puntos que son considerados críticos, están ubicados en la zona hospitalaria, en donde están personas delicadas de salud y necesitan buenas condiciones para su recuperación.
Además de la falta de cultura ciudadana en cuanto al uso del pito, fue evidente que el desorden vial es un factor determinante a la hora de producir contaminación auditiva. Es por ello que se recomienda ser paciente, comprensivo y tolerante cuando se conduce cualquier vehículo, además tener disposición para manejar, lo que conlleva a evitar trancones y por ende el control de la bocina del automotor.
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