El Grupo Pachuca de México informó a través de un comunicado de prensa que se apagó la vida del futbolista colombiano Migu
El Grupo Pachuca de México informó a través de un comunicado de prensa que se apagó la vida del futbolista colombiano Miguel Calero. “Por medio del presente, el Grupo Pachuca lamenta profundamente informar que este mediodía del martes 4 de diciembre de 2012, el máximo símbolo de los Tuzos, Miguel Ángel Calero Rodríguez, ha fallecido”.
El Club Pachuca informó que este martes, a partir de las 18:30 (hora local), será el funeral en el lobby del Auditorio Gota de Plata.
El exportero de la Selección Colombia, Sporting de Barranquilla, Deportivo Cali, Atlético Nacional, y Pachuca FC, falleció sobre la una de la tarde, hora de México.
Este lunes, el estado de salud del colombiano se complicó y su equipo médico informó que presentaba muerte cerebral tras padecer una trombosis, condición de salud que se le presentó por primera vez en 2007, afectando su brazo izquierdo.
Su historia
Cada vez que los hinchas del Deportivo Cali piensan en Miguel Calero se remontan a 1996. El equipo llevaba 22 años de sequía, que se sentían una eternidad, pero con una nómina que incluía al tercer goleador del torneo de ese año, Édison Mafla, liderando la tabla de reclasificación con 100 puntos, y venciendo en la cuadrangular final a Millonarios, Nacional y el América, el Cali logró lo anhelado y se hizo a su sexta estrella. Calero, entonces, brillaba en la cancha.
Había anunciado su retiro en septiembre de 2011. Entre lágrimas, el guardameta del mexicano Pachuca, con 40 años de edad, le dijo entonces a la hinchada que las lesiones de las últimas temporadas le indicaban que era el momento de decir adiós. A lo lejos quedaba ese año 1987, cuando el caleño tenía apenas 18 años y debutaba, después de haberse formado en la cantera del Deportivo Cali, con el Sporting de Barranquilla.
Un año más tarde era el suplente de Óscar Córdoba en el Sudamericano Sub-20. Colombia fue subcampeona. En 1992 hizo parte de la selección que viajó a los Olímpicos de Barcelona, y ese mismo año, con sus 1.89 metros de altura, regresó a su casa, el Deportivo Cali. El Sporting había desaparecido y era hora de que él, formado en la escuela Carlos Sarmiento Lora, jugara bajo la batuta de quienes creyeron primero en él.
Le decían ‘El Cóndor’, ‘El Show’, porque eso era lo que mejor hacía: expandir sus alas para ofrecer un espectáculo a quienes, desde la tribuna, gozaban de sus talentos. Con el Cali marcó dos goles en movimiento y se convirtió en el primer arquero colombiano en tener ese récord. En 2006, jugando contra Chivas, fue él quien anotó un gol en el último minuto. Lo suyo era, principalmente, atajar goles. Pero si podía también ejecutarlos, lo hacía.
“Si volviera a nacer, volvería a ser arquero”, le dijo a los hinchas del Pachuca en 2011, cuando creyó que era el fin de su carrera futbolística. Una lesión en el brazo izquierdo lo molestaba más de la cuenta y sus reflejos, sentía, ya no compensaban el desgaste físico de tantos años en las canchas. A esos hinchas les dejaba cuatro títulos del torneo nacional y seis internacionales, incluidos cuatro de la Concacaf, una Copa Sudamericana y una Superliga en Estados Unidos.
En México jugó 395 partidos y sólo en uno no fue titular. Al contrario, en la Copa América de 2001, sólo en un juego participó. Aun así, fue parte de esa selección que venció a México en el estadio El Campín el 29 de julio de 2001. Aguantó la respiración, como el resto de sus compañeros en la banca, hasta que en el minuto 65 estalló en júbilo con ellos al ver que Iván Ramiro Córdoba había empujado un tiro libre hacia el arco. Fue el gol que decidió la suerte de la selección ese día.
En 1997 su pase fue adquirido por el Atlético Nacional. Pagaron US$1.300.000, la transacción más alta en esa época en el fútbol colombiano. Con el Nacional ganó la copa Merconorte en 1998. En 1999 fue el héroe de la hinchada verdolaga cuando, en el partido de ida contra el América de Cali que se jugaba en la capital del Valle, Calero salió del área y derribó al ‘Tigre’ Castillo, que se dirigía como un misil hacia su arco para anotar el gol de desempate. “De no haberlo hecho, el título se quedaba en Cali”, recuerda el portal del Nacional.
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