Independiente Santa Fe cumplió la misión. Por fin logró la séptima estrella tras 37 años de espera, de frustracione
Independiente Santa Fe cumplió la misión. Por fin logró la séptima estrella tras 37 años de espera, de frustraciones y caídas. Pero esa fatalidad parece haber templado su identidad. Y se convirtió en la prueba del desinterés de su hinchada, menguada pero incondicional. Fiel a toda prueba.
Pero lo de Santa Fe siempre ha sido el sufrimiento. Porque a Santa Fe, el primer campeón colombiano nunca le sobró nada. Sus seis títulos los ganó con lo justo. Acaso con una fecha de antelación.
Y su hinchada se forjó en remar contra la corriente, en luchar contra la adversidad, en tener todo en contra. Desde 1975 cada desilusión, cada caída, determinó el temperamento de sus hinchas, tal vez los más sufridos del fútbol colombiano.
“Este año sí” era el dicho con el que santafereños y rivales bromeaban sobre la temporada en la que se iba a dar un nuevo campeonato para el ‘Expreso Rojo’. Hoy se puede decir que la frase se hizo realidad. Para muchos se cumplió el sueño de ver a Santa Fe campeón antes de morir. Por primera ocasión para todos los menores de cuarenta y pico.
Desde 1975, año de la sexta estrella, pasaron muchas cosas en el fútbol. Pasó la hegemonía del América de Cali, que desde 1979 consiguió 13 estrellas, cinco de ellas consecutivas. Pasaron títulos de Millonarios, Cali y Junior. Llegó el predominio de Atlético Nacional, cuyos dueños son además los patrocinadores de la liga y de las transmisiones por televisión abierta. Y pasó una década de torneos semestrales en la que lograron estrella equipos como Medellín, Tolima, Caldas, Chicó, Cúcuta y el rival de la final de hoy, el Deportivo Pasto.
Santa Fe había visto cómo en la puerta del horno se le quemaba el pan. En el último momento se deshacía el camino al título y el sueño quedaba aplazado. Algunas veces por episodios turbios. Otras, más recientes, con un “Wilderazo” o con un tanto en fuera de lugar.
Las dos Copa Colombia (el torneo paralelo) que ganó Santa Fe en este periodo fueron apenas un aliciente, una anécdota. La de 1989, en una edición casi clandestina y borrada de la memoria del fútbol nacional, en un año en el que además se canceló la liga. Y la del 2009, bajo un nuevo formato en el que, también ante Pasto, tuvo un desenlace de película: con nueve hombres, igualando la serie en el último minuto y ganando por penales.
Pero lo que valía era la estrella, el campeonato completo. Y en el 2012 sí fue. Ya no puede haber ‘peros’. El equipo de Wilson Gutiérrez puede decir “misión cumplida”. La séptima estrella está en el firmamento cardenal.
Fuente: semana.com
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