Benedicto XVI cumplió la nutrida agenda de este día histórico, el último de su papado, tras despedirse de sus fieles el miércoles ante una multitud en la Plaza
Benedicto XVI cumplió la nutrida agenda de este día histórico, el último de su papado, tras despedirse de sus fieles el miércoles ante una multitud en la Plaza San Pedro, durante la audiencia pública. Por la mañana, a las 11:00 (hora GMT), el papa Benedicto XVI recibió a un grupo de cardenales que participarán en el cónclave de sucesión, que se adelantó gracias a un decreto emitido por él mismo, que permite a los religiosos autorizados acelerar los pasos para llevar adelante la elección.
Después de algunas renuncias sorpresivas -entre ellas, la que dejó a Reino Unido sin representantes en la elección del nuevo papa-, la lista de candidatos se ha reducido; en ella se perfilan varios latinoamericanos, con la esperanza de que la región pueda tener un representante suyo a la cabeza de la Iglesia por primera vez en la historia.
Entre los nombres más mentados para su sucesión figuran el de los cardenales brasileños Claudio Hummes y Joao Braz de Aviz, así como el del filipino Luis Antonio Tagle o el del canadiense Marc Ouellet, un gran conocedor de América Latina.
A la llegada al cónclave, aunque pocos prelados hablaron a la prensa, el cardenal colombiano Ruben Salazar Gómez sostuvo: «Tenemos un sentimiento de gran tristeza y afecto por el santo padre y agradecimientos por su invaluable trabajo en todo este tiempo y, a la vez, hay un sentimiento de confianza en el proceso para elegir a su sucesor en el cónclave».
Benedicto XVI prometió, tras el encuentro con los cardenales, «respeto incondicional y obediencia» al nuevo papa. «Entre vosotros está el futuro papa, al que prometo mi respeto incondicional y obediencia. Continuaré rezando, especialmente en estos días (del cónclave)», afirmó Benedicto XVI, al que se lo vio sereno y sonriente, en el discurso de despedida a los cardenales.
A las 15:56 Razintger dejó el Vaticano y 10 minutos después sonaron las campanas de Roma, que lo despidieron en su partida en un helicóptero blanco, propiedad del Estado italiano, en dirección a la residencia papal de descanso en Castel Gandolfo (25 kilómetros al sur).
En un acto breve y emocionante, el Papa se despidió del personal del Vaticano, así como de sus colaboradores más cercanos, en el patio de San Damaso del palacio apostólico antes de trasladarse acompañado por su secretario privado, Georg Gaenswein, quien estaba visiblemente emocionado. El helicóptero sobrevoló el centro de la capital.
El pontífice llegó a las 16:30 horas a la residencia de verano donde pasará las próximas semanas, antes de trasladarse al monasterio del Vaticano donde residirá a partir de ahora. Su último acto antes de que se haga efectiva su renuncia, a las 19 horas GMT, fue un saludo desde la logia del palacio. Después se cerraron las puertas del edificio.
En la mañana, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, de visita en Roma en el marco de su primera gira diplomática, envió sus «mejores deseos» de despedida al papa Benedicto XVI y se comprometió a trabajar con el próximo pontífice por los derechos humanos en el mundo.
«Mientras se organiza el cónclave papal, expreso mis deseos de continuar nuestra importante relación con el Vaticano y trabajar con el nuevo papa para impulsar el diálogo y promover los derechos humanos y la dignidad humana en todo el mundo», señaló.
El Vaticano confirmó este jueves que ya ha recibido 3.641 demandas de acreditación de 668 medios de comunicación de 61 países para seguir la elección.
Entre los temas que el próximo papa tendrá sobre la mesa, figuran la difusión del mensaje católico más allá de la congregación de fieles, la modernización de la institución y la respuesta a las acusaciones de corrupción y de encubrimiento de curas pedófilos.
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