Alemania destrozó a Brasil (7-1) en la peor derrota de la historia de la 'canarinha' en la historia de los Mundiales. Desplegó su espectacular fútbol de pas
Alemania destrozó a Brasil (7-1) en la peor derrota de la historia de la ‘canarinha’ en la historia de los Mundiales. Desplegó su espectacular fútbol de pase corto, rápido, endiablado, culminado con esa efectividad sublime que hace del fútbol de Alemania una apisonadora. Domina con alegría, desborda con el ‘tiqui-taka’ pero en el área rival es un ‘killer’ imposible de parar.
Disputará la final en Maracaná después de haber jugado el mejor fútbol del Mundial y tras enviar a Brasil al infierno. Esta selección quedará marcada de por vida. Sin Neymar, sí, sin Thiago Silva, pero sobre todo sin recursos, una seleçao que se aguantaba por la magia del ’10’ y la emotividad del resto.
Alemania avergonzó a Brasil Alemania avergonzó a Brasil. Marcó el territorio en el minuto 11 de partido con un grave error de marcaje de David Luiz sobre Mueller, que remata totalmente solo un córner servido por Kroos. Y en el 23, uno detrás de otro, sin tiempo prácticamente de ver la jugada repetida en el video-marcador.
En seis minutos, la selección alemana ya llevaba una ‘manita’. La mala elección de ‘Felipao’ Luiz Felipe Scolari se equivocó con la elección del sustituto de Neymar, Bernard. Recurrió ‘Felipao’ a un futbolista de 163 centímetros de altura nacido en Belo Horizonte y que le había revolucionado las semifinales de la Copa América ante Uruguay.
Un futbolista eléctrico, con buen toque de bola, pero que antes de saltar al campo publicaba en Twitter un mensaje pidiendo ayuda divina: «Que se haga su voluntad».
Scolari había entrenado con tres volantes demostrando más respeto a Alemania, pero al final pesó en la decisión ese componente emocional que hasta semifinales había aguantado a Brasil.
Brasil duró exactamente 11 minutos Brasil duró exactamente once minutos, suficiente para ver un desplazamiento de balón de David Luiz a Hulk, que no acierta a rematar con peligro. David Luiz, con brazalete de capitán, se creía delantero y subía a rematar dos balones demostrando que no tiene la cabeza de Thiago Silva; la defensa, desdibujada y sin referentes y Alemania que empezó a jugar. Klose supera a Ronaldo y Müller se divierte Mueller fue el primer sorprendido de la facilidad con la que remataba en el área pequeña.
En ese instante, Brasil transmitió toda su debilidad. Ahí se acabó el partido y empezó un ‘ataque y gol’ de patio de colegio. Mueller se divertía con Klose y le regalaba superar a Ronaldo como máximo goleador de la historia de los Mundiales, un minuto después Kroos recibía un balón al borde del area grande y marcaba a placer tras una combinación entre Özil y Lahm. Khedira se sumó a la fiesta Pasaban dos minutos y era Khedira el que se sumaba al festival dejando un balón fantástico para Kroos, y en el 29 de la primera parte, seis minutos después del 2-0, salía el quinto de la noche de los pies mágicos de Khedira que apuntaba su nombre en la lista de goleadores en el Mineirao.
Diez disparos, 5 goles Alemania no necesitaba si quiera ganar la posesión de balón en esa primera mitad – 54% a favor de Brasil- demostrando que su fútbol es una evolución del ‘tiqui-taka’, una versión evolucionada y adaptada al fútbol actual. Diez disparos a puerta, nueve bien dirigidos, cinco goles.
Scolari dejó en el banquillo a Hulk para que entrase Ramires y Paulinho intentaba poner órden, cambios para suplicar de rodillas que no te sigan humillando en casa, como pedir que acabe la pesadilla. Y eso es lo que intentó Brasil, sacar el polvo de los guantes de Neuer para que se sintiera implicado en el partido. Despejó dos disparos de Paulinho y poco más. Un golazo por la escuadra Joachim Löw, el arquitecto de este equipo, el continuador del trabajo de Klinsmann, cambiaba a Klose para tenerlo fresco para la final y para que recibiera el aplauso del equipo.
Klose había jugado su cuarta semifinal consecutiva. Casi sin quererlo, Schuerrle marcó el sexto de la noche tras una jugada de Lahm y el séptimo, un golazo por la escuadra que culminaba la obra maestra alemana. Bernard marcaba el del honor.
Fuente: elmundodeportivo.com
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