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Pasa primer debate reforma constitucional sobre elecciones presidenciales

La Comisión Primera del Senado aprobó este martes, en primer debate, el proyecto de reforma constitucional que busca impedir la segunda vuelta presidencial,

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La Comisión Primera del Senado aprobó este martes, en primer debate, el proyecto de reforma constitucional que busca impedir la segunda vuelta presidencial, cuando en la primera un candidato obtenga una ventaja superior al 30 por ciento a su adversario.

Además, el proyecto busca abrirles un espacio en las corporaciones legislativas a los candidatos que queden en segundo lugar en las justas electorales.

Esta iniciativa nació luego de que en las elecciones pasadas, Juan Manuel Santos, de La U, le sacara una amplísima ventaja a Antanas Mockus, del Partido Verde, en la primera vuelta Presidencial que se celebró el 30 de mayo. Santos obtuvo el 46.6 por ciento de la votación, mientras que Mockus alcanzó solo el 21.5 por ciento.

La reforma plantea que “si entre los porcentajes de la votación obtenida por los dos candidatos mayoritarios, hay una diferencia del 30 por ciento o más, no habrá segunda votación”. En otras palabras, el primero debe sacarle al segundo más del 30 por ciento de los votos.

De estar la reforma vigente en las elecciones pasadas, de todas maneras se hubiera presentado la segunda vuelta presidencial, por cuanto la diferencia entre Santos y Mockus fue del 25,1 por ciento.

Fue ante esa enorme diferencia que varios dirigentes políticos adujeron que no se justificaba el gasto del Estado para la segunda vuelta, pues una amplia mayoría consideraba que el triunfo de Santos estaba sobreentendido.

Sobre el tema, el senador conservador Eduardo Enríquez Maya radicó una iniciativa que modifica los artículos 112, 171, 176, 299, 312 y 190 de la Constitución.

Maya aduce que si “hay una diferencia del 30 por ciento o más, carece de sentido la segunda votación, pues el electorado ya ha tomado una determinación respecto de quien debe ser el Presidente de la República”.

Según explicó a Semana.com la reforma tiene dos intenciones: “fortalecer la democracia y abrirle espacios a la oposición”.

El segundo componente de esta reforma es permitirle un escaño al perdedor, pero no sólo en las elecciones presidenciales (en donde el candidato a la vicepresidencia perdedor tendría una curul en la Cámara), sino al perdedor de las de gobernadores y alcaldes.

Así, por ejemplo, si esta norma estuviera vigente, Mockus tendría un puesto en el Senado y Sergio Fajardo, su fórmula vicepresidencial, una en la Cámara.

Además, quien pierda la elección a la gobernación, accedería a un escaño en la asamblea del departamento y el que pierda la alcaldía accedería a un puesto en el concejo del municipio.

Según Enríquez Maya, “así se fortalecería la oposición”.

“Esta propuesta no existe en ningún otro país. Es hecha por colombianos a la colombiana”, agregó.

Lo que piensa Pardo

En una entrevista con Caracol Radio, el ex candidato y director del Partido Liberal, Rafael Pardo, dijo que no le gustaba la propuesta de premiar al segundo de una elección. “Yo creo que la llegada al Congreso debe ser para quien lo busca. No puede ser un premio de consolación, ni refugio de liderazgos que no tienen vigencia por otra vía”, adujo.

Pardo, quien participó en las elecciones pasadas elecciones presidenciales como candidato, también indicó que eso lo han ensayado en otros países y no ha dado resultados.

Los pros y los contras

Para el asesor político Juan Fernando Londoño la intención de suprimir la segunda vuelta presidencial cuando el uno de los candidatos le saca una ventaja muy amplia al segundo, “es válida y hay buenas experiencias en otros países”.

“En Colombia se hubiera evitado la segunda parte de la campaña anterior, que se volvió aburrida y lánguida porque todo el mundo sabía quién iba a ganar”, agregó.

Las consecuencias de una medida como esta podría cambiar la estrategia de las campañas, pues muchos partidos podrían adelantar sus coaliciones para la primera vuelta.

El propósito de la segunda vuelta es otorgarle legitimidad a la elección del Presidente con una votación abultada, pues como señala Londoño, “la falta de respaldo trae consecuencias negativas para la gobernabilidad”.

Pero, en criterio del analista, la diferencia entre el primero y el segundo, según la reforma propuesta, debe conservar un amplio margen de diferencia, para no truncar la aspiración de un candidato que haciendo coaliciones podría llegar a la Presidencia. En su criterio, 30 puntos de diferencia es un buen margen.
 
El senador Luis Carlos Avellaneda, del Polo, votó contra esta iniciativa porque consideró que «en un país en el que se permite la reelección presidencial y las garantías electorales son mínimas, una votación que no obtiene la mitad de los votos más uno, no tiene legitimidad».
 
Además, para Avellaneda, el argumento de que esta reforma le ahorraría dinero al Estado no lo convence. «Si fuera por eso, no tendríamos elecciones. En ese caso yo he propuesto que se implemente el voto electrónico, que además de dar mayores garantías de transparencia, le ahorraría al Estado recursos, pero sin sacrificar la democracia».

Sobre la propuesta de darle un espacio al perdedor de una elección en la corporación legislativa correspondiente, Londoño adujo que tiene “un espíritu sano”, pero que “eso es propio de sistemas parlamentarios”, lo cual podría tener consecuencias negativas para el diseño institucional.

Por ejemplo, los cuerpos colegiados como los concejos municipales tienen un número específico de cabildantes. Permitir uno más, cambiaría el diseño de esas corporaciones.

Además, hay candidatos a elecciones locales que son independientes y no tienen partido. De llegar al concejo a la asamblea, lo harían sin el respaldo de una organización política fuerte.
 
Para Avellaneda, quien se mostró a favor de este punto de la reforma «porque no deja en el ostracismo a los buenos líderes», el problema es que la curul podría pasar a un candidato que no represente la oposición. «Yo estoy de acuerdo en que se le de la curul al candidato de una minoría, pero de un partido que se declare abiertamente en oposición, porque de lo contrario, se fortalecería al propio Gobierno», dijo.

Sin embargo, todos estos temas deberán ser considerados por el Congreso en los debates siguientes, pues la iniciativa apenas salió de su primer etapa, de ocho que requiere por tratarse de una reforma a la Constitución.

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