�No abandonar� mi causa pol�tica, estoy aqu� por una misi�n terrenal� Arturo Calder�n.

Sin detenerse, a paso firme y con la dignidad que le distingue, Arturo Calderón Rivadeneira(L101) continúa convenciendo a los cesarenses de que es el candidato más opcionado a convertirse en Representante en los comicios parlamentarios de este 11 de marzo.

Lo anterior, sustentado en iniciativas claras, concretas y realizables, como el trabajo por la reivindicación del campo que Calderón Rivadeneira pretende ejecutar como congresista.

“Son los congresistas quienes  discuten las leyes y la reforma agraria es una ley, entonces a lo que apuntamos es a la reivindicación de la tierra, aprovechar  las 40 mil o 20 mil  hectáreas que se tengan para hacerlas más productivas y de paso generar más empleo. Que el pequeño y mediano productor tenga acceso al crédito rápido, llevarles además  la electrificación a cada uno de ellos, la asistencia técnica, y cambiar una vez por todas esta economía extractiva a la que no le quedan muchos años, por una economía productiva y agropecuaria que será a lo que le apuntaremos como primer renglón", precisó el candidato L101.

Según Jhonny Amaya, exalcalde de Becerril y quien recientemente adhirió a la campaña de Calderón Rivadeneira, “el candidato tiene toda la capacidad,  las ganas de servirle al pueblo, a la gente más necesitada; tiene formación y las vivencias por sus recorridos, sé que  nos va a servir con beneplácito en todo lo que realmente necesita el Cesar, él conoce el departamento muy bien y lo apoyamos en esta misión para la Cámara de Representantes”, afirmó. 

El candidato Liberal estuvo este miércoles visitando y escuchando voces de respaldo en sectores como Mareigua y Ciudadela Comfacesar de Valledupar y asegura que no se detendrá en esta misión terrenal.

"Continuamos con lo que estamos haciendo, esta causa noble, buena y altruista no se acaba. Sigo caminando sin temor, erguido, de manera digna”, expresó el candidato L101 al tiempo que manifestó estar convencido de que sí se puede hacer política de manera decente, equitativa y sin comprar conciencias, como lo ha demostrado.